Participé en Madrid de diversos grupos de danzas libres, donde era posible entre gente desconocida armonizar vínculos silentes bailando acompasada y libremente, mediante técnicas completas de expresión corporal que cada uno inventaba o creaba en el momento. Me encantó, igual que a las personas que asistían habitualmente, que se iban reconociendo, en un ambiente de música alternadamenmte suave, rítmica, melódica, incitante. Era también posible el contacto, en cuanto ambas partes consintieran. Si alguna persona se cansaba de la otra o se comenzaba a incomodar, paraba la acción, lo expresaba aunque no en palabras, y se retiraba a otra parte del extenso salón, para seguir con otra persona de su elección que preferentemente no estuviera ya ocupada. Tres horas duraba cada sesión y era accesible a esa gente. Pablo.
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Participé en Madrid de diversos grupos de danzas libres, donde era posible entre gente desconocida armonizar vínculos silentes bailando acompasada y libremente, mediante técnicas completas de expresión corporal que cada uno inventaba o creaba en el momento. Me encantó, igual que a las personas que asistían habitualmente, que se iban reconociendo, en un ambiente de música alternadamenmte suave, rítmica, melódica, incitante. Era también posible el contacto, en cuanto ambas partes consintieran. Si alguna persona se cansaba de la otra o se comenzaba a incomodar, paraba la acción, lo expresaba aunque no en palabras, y se retiraba a otra parte del extenso salón, para seguir con otra persona de su elección que preferentemente no estuviera ya ocupada. Tres horas duraba cada sesión y era accesible a esa gente. Pablo.
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